SOLUCIONES RÁPIDAS EN EL USO DE REFRIGERANTES DE CORTE O RECTIFICADO
ACEITES SOLUBLES
En los años que llevo en contacto con la industria metalúrgica como titular de la firma Química Dalton, he observado una serie de problemas que se reiteran en el uso de refrigerantes sintéticos, semisintéticos, aceites emulsionables, etc. En la diaria relación con nuestros clientes de todo el país, he reiterado en incontables oportunidades, junto a mis viajantes técnicos, conceptos básicos con los que normalmente se solucionan los problemas más frecuentes en el uso de máquinas herramientas de corte y/o rectificado.
En una oportunidad, un experimentado tornero me comentó resignado, que todos los productos que había tenido oportunidad de probar, al principio daban un excelente resultado en la mayoría de los casos, pero que en las subsiguientes compras y reposiciones, la calidad disminuía y se presentaban los mismos problemas por los que había decidido probar el nuevo líquido de corte.
Esto me llevó a pensar que muy posiblemente el problema no se encontraba en los productos probados, sino en el uso de los mismos. Sucede que normalmente, para una prueba, el operador o maquinista quita todo el producto viejo y limpia la maquinaria. Y aquí radica en gran parte la solución del problema. Por lo tanto, decidí hacer este breve resumen para transmitirlo a nuestros clientes, y ahora me pareció oportuno publicarlo en este medio dedicado a la industria metal mecánica.
Las soluciones ofrecidas son muy simples, sin intentar hacer aquí un estudio profundo y meduloso sobre el tema, el que dejo para una próxima oportunidad. De todas formas, teniendo en cuenta lo abajo referido, la mayor parte de los problemas se solucionan fácil y rápidamente.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que las soluciones de agua con refrigerantes no están en un medio aséptico, sino que se desenvuelven en un medio fuertemente contaminado por las mismas piezas que se maquinan o rectifican, el aceite o la grasa que arrastran, las manos del operador, su respiración, la atmósfera propia de un taller, etc., etc. Por lo tanto, el primer tema a tener en cuenta es la limpieza periódica de la maquinaria, reemplazando el líquido refrigerante, con un profundo desengrase y desinfección del circuito refrigerante. Una muy buena combinación saneante para obtener los mejores resultados, es la del desengrasante Aquadalt y el desinfectante Fenalmet, ambos al 10% en agua (1 litro de Aquadalt, más 1 litro de Fenalmet, completando a 10 litros con agua). Con esta solución se limpia el interior del circuito al que previamente se ha desagotado del líquido refrigerante. También es conveniente hacer una limpieza exterior del equipo con dicha solución.
La importancia de la limpieza y desinfección periódica radica en que los microorganismos que comparten el medio ambiente con nosotros, van descomponiendo el líquido refrigerante para acidificarlo y hacerlo más apto para su vida. Si bien los productos empleados para refrigerar o mecanizar traen incorporados fuertes bactericidas, cuando la contaminación es muy fuerte, los bactericidas no alcanzan a eliminar la totalidad de los microorganismos y son vencidos por estos. Es el caso de aplicarse un desodorante axilar recién bañado a hacerlo luego de haber jugado un partido al fútbol. Por bueno que sea el desodorante (que es en definitiva un bactericida-germicida), los microorganismos lo derrotan y se percibe el olor a transpiración.
El medio ácido que crean los microorganismos provoca no sólo el olor a cebolla descompuesta característico de los refrigerantes atacados, sino que trae como consecuencia la oxidación de la maquinaria o de las piezas mecanizadas. Por lo tanto, el primer punto a tener en cuenta es ¡ UNA BUENA LIMPIEZA!. De todas formas, en medios fuertemente contaminados, puede ayudar el agregado de un 5% de Fenalmet sobre la solución del refrigerante preparada. Así se logra tener mayor cantidad de bactericidas germicidas que prolongarán la vida útil de los productos.
Otro punto muy importante a tener en cuenta es la concentración de uso de los refrigerantes, cualquiera sea su marca o formulación. Todos ellos llevan incorporados antioxidantes. Estos productos tienen la característica química que, por debajo de una determinada concentración (llamada concentración crítica), en lugar de actuar como inhibidores de la oxidación, logran el efecto contrario, actuando como oxidantes.
En los productos que elabora Química Dalton, la concentración mas baja indicada es del 2% (1 litro de producto en 50 litros de agua). Reitero: esta es la concentración límite más baja recomendada. Aclaro que es muy frecuente que el operador de la maquinaria, al bajar el nivel del líquido refrigerante, agrega agua o producto puro a la solución ya preparada: esto es un error gravísimo. El líquido de reposición debe mantener la concentración indicada (nunca menor al 2%), por lo que resulta fundamental tener preparado un recipiente de volumen adecuado con la solución refrigerante-agua y de allí reponer en el tanque de la máquina. Es importante recalcar que la concentraci’on minima indicada varia con las condiciones de humedad ambiente, el potencial de oxidación del agua empleada, etc. Altos porcentajes de humedad relativa ambiente, requieren incrementos en la concentración de los liquidos refrigerantes o de corte emulsionables. Una prueba muy simple para determinar la concentración minima adecuada, consiste en preparar diluciones de refrigerante (o de aceite emulsionable) en distintas concentraciones (2, 4, 6 y 8%). Se coloca una pequeña cantidad de viruta, limpia con solvente, del material que se ha de mecanizar sobre un papel de filtro, o de cualquier hoja blanca de 75/80 gr y se moja con las soluciones preparadas de refrigerante. Estas muestras de viruta se dejan secar al aire por 24 horas, sobre el papel, luego de las cuales se retira la viruta y se observa si han aparecido manchas de oxido en alguna de las muestras. Mediante este sencillo procedimiento se puede determinar la concentracion minima de producto a utilizar, sin riesgo de producción de óxido.
También se debe tener en cuenta que, soluciones muy concentradas (por encima del 12% en los refrigerantes y del 10% en los aceites solubles) pueden provocar problemas en la pintura de las máquinas. Esto es debido a que, todos estos productos, cualquiera sea su marca u origen, llevan incorporados tensoactivos que son los encargados de solubilizar el aceite mineral y/o de lubricar para el caso de los totalmente sintéticos. Estos tensoactivos, imprescindibles en toda formulación de este tipo, en concentraciones elevadas pueden atacar la pintura del equipo, sobre todo en aquellos casos de máquinas repintadas con esmaltes sintéticos.
La forma práctica y rápida de medir la concentración de los refrigerantes sintéticos, semi sintéticos y solubles emulsionables, es mediante el uso de un refractómetro de mano. En él se refleja en una escala el índice de refracción del producto usado. Cada producto tiene un índice de refracción determinado, por lo que es muy simple saber por este medio la concentración de los líquidos. En la practica, se debe medir el indice de refracción de la muestra que resultara satisfactoria en la prueba anterior de oxidación. Para aquellos que les interese, también el pH es un dato importante a tener en cuenta. Este indica cuando un producto se está acidificando por la descomposición. Su medida se determina fácilmente con papel pH, en rollo o tiritas, que al mojarse con la muestra a analizar toma una determinada coloración, la que se compara con la escala colorimétrica que trae la caja del papel. A cada color le corresponde un determinado pH. Quienes estén interesados por estos simples métodos, pueden consultar a nuestros viajantes sobre la provisión de los materiales mencionados.
Como se puede apreciar, no siempre la falla de un producto es atribuible al mismo. Es tan importante un buen producto como el correcto manejo y empleo del mismo. Lo fundamental es contar con un proveedor que sepa solucionar con fundamentos técnicos los problemas que puedan presentarse en el uso de estos compuestos químicos.
ESTA INFORMACIÓN ES IMPORTANTE PARA QUIENES REALMENTE UTILIZAN LOS PRODUCTOS (jefes o encargados de taller, operarios, maquinistas, etc.). POR FAVOR, ¡HÁGASELA LLEGAR!
Dr. Eduardo A. Christensen
Titular de Química Dalton